NUEVO SWING, NUEVA VIDA
Puede que todos partamos de una técnica bastante depurada, basada en el desarrollo de unas lecciones prácticas bien aprendidas, dadas por un buen y paciente profesor... sin embargo también es bastante normal que con el tiempo vayamos sumando a esa técnica una serie de “tics” o “malos hábitos” que acaban distorsionando el golpe, alejándolo de lo que en principio debería ser (y de hecho fue).
No son pocos los profesionales que han decidido hacer un parón en su juego y modificar su swing para conseguir determinados beneficios. De hecho, quizás lo más difícil sea darse cuenta de que realmente necesitamos realizar ese cambio; a partir de ahí será necesario tener bien claros nuestros objetivos y mucho tesón para intentar adaptar a nuestro juego las necesarias modificaciones.
Y es que no cabe duda de que muchas veces resulta más difícil realizar cambios sobre una conducta ya aprendida que partir de cero.
A continuación vamos a hacer un repaso sobre cada uno de los puntos claves del swing, tratando de resolver cualquier posible duda.
Le proponemos que haga algo así como un “examen de conciencia” e intente repasar de manera objetiva sus movimientos, intentando localizar cualquier posible pero necesario cambio...
LA COLOCACIÓN
Partamos del principio. Y lo primero es, sin duda, colocarse a la bola.
Aunque parezca extraño es aquí donde muchos fallan y el problema es que, si partimos de una colocación errónea, estaremos desarrollando un mal swing. Como suele decirse: “mal acaba lo que mal empieza”.
Teniendo esto presente, conviene realizar un repaso por los puntos básicos de la colocación:
– Grip: Si en el golf todo comienza por el swing, en el swing todo empieza por el grip.
Lo más importante en principio es conseguir que su grip sea neutro. Esto significa que la “V” entre los dedos pulgar e índice de la mano derecha deberán apuntar al hombro derecho.
Esto en fundamental para cuadrar bien la cara del bastón.
– Alineación: pies, rodillas, caderas y hombros deberán quedar paralelos a la línea del objetivo.
– Stance: lo más importante es que se sienta cómodo.
– Postura: deberemos ser capaces de doblarnos desde las caderas,
al tiempo que mantenemos la espalda recta al colocarnos sobre la
bola.
La barbilla deberá estar apartada del pecho y estará en posición perfecta para lograr golpes consistentes. Además de esto, dos puntos resultan claves para una correcta colocación:
– La flexión de las rodillas: una correcta flexión de rodillas le reportará un incremento de potencia; pero la verdadera dificultad
se encuentra exactamente, en saber cuál es la flexión correcta para cada uno; algo no tan sencillo como en principio puede parecer.
Si se queda corto en la flexión, no conseguirá dar a la bola la velocidad requerida, pero si por el contrario las flexiona de más, la parte inferior del cuerpo no trabajará de la manera apropiada, dando lugar a golpes que en
ocasiones serán nefastos.
Existe una forma muy sencilla que le ayudará a determinar cuál es la flexión correcta de las rodillas. Consiste en lo siguiente:
- Colóquese recto, apoyando la empuñadura de su driver sobre la base de los dedos del pie derecho.
- Vigile que la varilla se mantenga perpendicular con respecto a la línea del horizonte.
- Mantenga el bastón firme y doble sus rodillas lentamente, hasta que la rodilla derecha llegue a tocar el driver. Esa será la flexión correcta en su caso.
– La flexión de la cintura.
Ambas flexiones deben ser iguales o muy similares, para garantizar que el peso está correctamente repartido a lo largo de todo el cuerpo. Si la flexión no es similar en estas dos zonas, resultará imposible que el peso se reparta correctamente (por un igual) en los dos pies, algo básico para que consigamos no echarnos en exceso ni hacia delante ni hacia atrás.
Para comprobar que esta flexión se está ejerciendo de manera correcta, existe un sencillo truco: colóquese como si fuera a realizar un swing (flexionando rodillas y cadera); en esa posición coja un bastón de golf y colóquelo a lo largo de su cuerpo, desde su hombro derecho hasta la rodilla derecha (sujetándolo con la mano izquierda, desde arriba, a modo de péndulo). Compruebe que el bastón tiene una trayectoria recta en línea vertical.
De esta forma está garantizando que la flexión de rodillas y cadera es, cuanto menos, muy similar. Es la postura básica para iniciar el golpe.
Si el hombro está adelantado (el bastón cae por delante de la rodilla), es señal de que estamos flexionando en exceso nuestra cintura. En esta posición el peso estará concentrado en la punta de los pies y eso conllevará sin duda alguna que dispondremos de muy poca posibilidad de giro, es decir, realizaremos una subida muy vertical.
Si por el contrario el hombro se retrasa (el palo cae por detrás de la rodilla), será signo de que la flexión de rodillas es demasiada con respecto a la flexión de la cadera. De esta forma el peso cae sobre los talones, el plano de swing no será el correcto y conllevará que la bola salga totalmente desviada (incluso podemos caer en el error de golpear la por detrás).
Dicho todo esto, conviene saber que muchos profesores resumen la correcta colocación del cuerpo en tres sencillos pasos, que conviene conocer:
1. En primer lugar, coja el bastón y oriéntelo hacia el objetivo, mirando primeramente hacia dónde desea enviar la bola.
2. Alinee la cara del bastón o de tal manera que el canto de la base quede encarado hacia el objetivo.
3. Alinee el cuerpo en el ángulo correcto respecto al canto del palo. Pies, rodillas, caderas y hombros deben alinearse con la cara del bastón, en una línea paralela a la línea del objetivo. Para ello tenga en cuenta los siguientes puntos:
a. Primero colóquese erguido frente a la bola.
b. Doble la cintura (manteniendo la espalda recta).
c. Flexione las rodillas.
d. Mantenga la cabeza en el mismo plano que la columna.
e. Deje que los brazos caigan libremente.
f. Mantenga el pie derecho en ángulo recto con respecto a la línea del objetivo.
LA SUBIDA
La subida del bastón es fundamental en la trayectoria de swing. Cualquier error producido durante la subida del palo se verá reflejado, y en muchas ocasiones aumentado, durante el resto del golpe, lo que puede terminar en unos nefastos resultados.
Son muchos los amateurs obsesionados con conseguir la mayor amplitud posible y para ello alejan la cabeza del bastón al máximo del cuerpo.
De esta forma no “rompen” las muñecas y esto provoca que el bastón se desvíe.
Resulta fundamental, por tanto, que nos concentremos en usar las muñecas como si se tratara de palancas que nos permitan mantener la cabeza del bastón sobre la línea de swing adecuada.
Conviene que comprobemos la posición a mirad de la subida: tenga en cuenta que sus manos deberán estar a la altura del pecho y la varilla debería “diseccionar” su hombro izquierdo.
Podemos definir varias partes dentro del Backswing:
– Arranque: debe ser un movimiento lento y bien pensado, en el que el bastón se mantendrá cerca del suelo. De esta forma subiremos el palo recto, sin sacarlo por fuera de la línea ni por dentro.
Es muy importante que intentemos mantener la postura inicial de la que antes hablábamos, durante todo el tiempo.
– Giro de muñecas: al subir el palo deberá comenzar a girar las muñecas de manera natural, para evitar posturas forzadas del cuerpo que sólo sirvan para restar potencia al golpe. Gire sus muñecas hasta que el bastón apunte al
cielo cuando su brazo izquierdo esté paralelo al suelo.
– Giro de hombros: un swing potente implica siempre la necesidad de girar la parte superior del cuerpo y más concretamente los hombros.
Para comprobar que está realizando correctamente este giro puede ir comprobando la postura de su hombro izquierdo: a medida que el backswing avanza, este hombro izquierdo deberá ir girando por debajo de la barbilla, hasta llegar a la cima del backswing, en la cual el hombro permanecerá pegado a ella.
– Cambio de peso: deberá pasar hacia el pie izquierdo. No puede ser un cambio brusco, ni mucho menos exagerado; debe hacerse de manera natural y lo más suave posible.
– Cima: es el momento culminante del backswing, en el cual deberá tener en cuenta los siguientes puntos:
- Las manos: deberán permanecer por encima de la cabeza, tan altas como le resulte posible, siempre y cuando mantenga el mismo ángulo que el cuerpo creó en el momento de la colocación.
- Flexión de rodillas y cintura: no debe variar.
- El bastón: deberá permanecer paralelo al suelo, con las siguientes consideraciones:
- Golpe de driver: el límite será la horizontal.
- Hierros: no debe llegar a la horizontal.
EN LO MÁS ALTO
Este es otro momento crucial del golpe.
Y es que, de cómo desarrollemos este movimiento, dependerá en gran medida la potencia que se imprima a la bola. El
desenroscado de las partes superior e inferior del cuerpo es lo que genera velocidad en la cabeza del bastón durante el
swing.
Para comprobar que lo está haciendo bien, vigile un sencillo punto:
– En lo alto, el hombro izquierdo deberá quedar por encima del pie derecho.
Sólo con comprobar esto podrá verificar que ha realizado una rotación completa en la parte superior del cuerpo y que el
peso está sobre su lado derecho, listo para volver a girar con potencia en dirección al objetivo.
LA BAJADA
Durante la bajada, imprimiremos al swing la potencia que necesita.
Tal vez el comienzo de la bajada sea el momento más crítico del golpe, donde más errores suelen cometerse.
Lo más habitual en jugadores amateurs es dejarse llevar por la precipitación: se lanzan codos, manos y bastón, alejando el codo derecho del cuerpo y bajando el bastón por fuera de la línea del objetivo… ¿resultado?, casi con seguridad un slice.
Para evitar que suceda esto, deberá comenzar la bajada con el mismo ritmo con el que desarrolló la subida, lento y suave.
Tenga en cuenta que deberá cambiar el peso hacia el pie de delante, manteniendo la cabeza por detrás de la bola y apartando las caderas (algo que sucederá de manera natural).
EL IMPACTO
Volvemos al origen y en el impacto la posición deberá ser muy similar a la adquirida al comienzo del swing, con un cambio importante: el peso deberá estar sobre el pie izquierdo.
Evite la sensación de “empujar” el bastón; debe “pasarlo” a través, como si el palo se encontrara con la bola, no como si lo saliera a buscar.
No se precipite, no tenga prisa por llegar a la bola, sólo deje que se la encuentre de manera natural.
Tenga en cuenta las siguientes partes de su cuerpo:
– Las manos: olvídese de mantener la cara del bastón sobre la línea del objetivo y concéntrese en conducir las manos a través del impacto, permitiendo que “rompan” tras contactar con la bola para completar el swing.
– Los brazos: piense en estirar antes de de plegar. Cuando impacte a la bola, los codos deberán estar totalmente estirados.
Es muy importante que tenga presente que un arco amplio mejorará notablemente la potencia de su golpe.
EL FINISH
Si lo hemos hecho todo bien, la posición de nuestro finish deberá demostrarlo así.
Un finish correcto se caracteriza por:
– Hombro derecho encarando el objetivo.
– Cabeza alta (la cabeza baja puede frustrar una rotación potente).
– Peso concentrado en el pie de delante y con el talón del pie de detrás separado levemente del suelo.
Debemos ser capaces de mantener la posición hasta que la bola aterrice.
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