martes, 24 de mayo de 2011
UN MISERICORDIOSO EVENTO LITÚRGICO
POR MARIO HERNÁNDEZ JAIME
La familia Ortega, encabezado por las gentiles damitas: Gabriela y Georgina, tuvieron el orgullo de convertirse en anfitrionas de la visita del Divino Niño, en el hogar de estas creyentes jovencitas, aún cuando sólo fue por 5 cinco horas. En verdad que desde que la presencia del Divino Niño, está en este poblado de Santa Maria Texcalac, en el fraccionamiento Atochac, no han parado de visitarlo, siendo los poseedores permanentes la familia: Baez Hernández, y donde el más pequeño de la familia; José Luis Baez Hernández, más conocido como Pepe Wüicho, es quien lo cuida y lo venera en forma sublime e incluso hasta juega con él Divino Niño, gracia que él le concede como un premio a su inocencia. Francamente fue un día maravilloso, porque las damitas anfitrionas brillaron como organizadoras de este acto litúrgico, porque prepararon un festejo a la altura de esta divinidad y se comprobó, porque la figura del Divino Niño, daba la impresión que estaba arrobado con el espectáculo de la procesión en su honor, de un niño hecho Dios. Fue en verdad un día espléndido, suceso que seguramente quedará para los fieles creyentes de este poblado, en su memoria. Todo empezó cuando se acudió a la casa de la Familia Baez Hernández a recibir en forma oficial al divino Niño, que en brazos de Paulino Ortega, empezó la procesión y que en varias etapas, ayudaron a cargar al preciado tesoro de los católicos, fieles creyentes, como las damas en cuestión y que en esta ocasión engalanaron el suceso. Poco después le tocó el agradable turno, a Javier Islas Sánchez, llevarlo en su regazo, después le siguió Marco Antonio Sánchez, más adelante; Cristobal Ortega y por último a Alejandro Ortega, para llegar al pequeño altar, que exprofeso se había preparado, no sin antes caminar por un pequeño canalito de aserrín de brillante color y pétalos de rosas, para colocarlo en su altar, donde el niño Francisco Javier Islas Morales coronó al Divino Niño en un acto realmente sin precedentes. Todo esto fue el principio de una serie de eventos, donde además de rezar el rosario, se les obsequió a los asistentes, una riquísima "carniza" que degustaron con gran profusión, todos los que acompañaron a la divinidad. Realmente una procesión, de más de cien personas, fieles y devotos cristianos, de los que buscan la felicidad compartida en el mundo, basado en el respeto y amor a Dios y en este caso el Divino niño hecho hombre, por la sagrada voluntad de Dios Padre y Dios Espíritu Santo. Fue un suceso magistral y sublime, que no sólo se honró, sino se adoró, en un hecho sin igual al Divino Niño. Todo ello preparado por Gaby y Gina Ortega, quienes derrocharon talento en la logística, pues no sólo uniformaron a toda su familia, con un playera blanca con la efigie del Divino Niño, sino que regalaron una fotografía, perfectamente enmarcada como recuerdo de este suceso, que seguramente quedará en la memoria de toda esta familia cristiana y creyente de Dios. Pepe Wüicho, como hemos expresado, juega con él Rey de Reyes, como si la divinidad fuera uno de nosotros mismos, en un claro signo de santidad y en donde todos los habitantes del pequeño poblado de Santa Maria Texcalac, deben de sentirse orgullosos de tener esta figura, por lo que recomendamos, no sólo visitarlo, SINO HONRALO. No podemos dejar en el olvido; los nombres de los que participaron en este acto litúrgico, en honor del Divino Niño y citamos a la Familia que componen: Gerardo Serrano, Luis Morales e hijos y un sin fin que la memoria no recuerda. Solo le deseamos a ambas familias, Báez y Ortega, feliz suceso litúrgico y paz en su espíritu
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